Así muere el amor


Aleida acaba de llegar del trabajo y, apurada, corre de una habitación a otra buscando su vestido y sus zapatos para el coctel anual de fin de año en la compañía para la cual trabaja. Con la ilusión de que este año Francisco sí la acompañe, termina de arreglarse, pero pasan y pasan los minutos, ya es hora de marcharse y Francisco aún no llega. Aleida decide salir porque no quiere llegar retrasada. Ya en la reunión, recibe un mensaje de Francisco: «Acabo de llegar a casa y estoy exhausto, disfruta de tu velada».
Esta es una historia que entre los dos se repite una y otra vez. Prácticamente a ninguna parte salen juntos. En un día normal Aleida suele ser la primera en llegar a casa, nunca espera a Francisco para cenar y casi nunca lo espera despierta.
La noche del coctel, mientras todos los compañeros de trabajo de Aleida llegaban a la fiesta acompañados por sus esposos y esposas, un sentimiento de melancolía y soledad la invadió. OPensó en lo mucho que amaba a Francisco y deseaba con el alma que estuviera con ella en ese momento. En la profunda reflexión de aquella noche comprendió que los dos eran responsables de la frialdad e indiferencia en la habían caído. Decidida a no dejar morir el amor entre ella y Francisco, regresó esa noche a casa casi de inmediato. Al llegar, Francisco aún estaba despierto viendo un programa de televisión. Se sorprendió al verla y le preguntó qué había sucedido y por qué estaba de regreso tan pronto. Aleida permaneció en silencio mientras se cambiaba de ropa y repasaba la forma de abordar el tema. Inesperadamente algo hizo más fáciles las cosas para Aleida: desde la habitación contigua, Francisco exclamó: «De todas maneras, me alegra que estés aquí».

¿Por qué muere el amor?

Casi siempre el amor acaba por pequeños detalles que se van convirtiendo con el tiempo en infranqueables fortalezas difíciles de derrumbar. Lee a continuación cuáles son esos comportamientos y qué puedes hacer.

No solucionar las diferencias a tiempo

La oportunidad a la hora de solucionar los pequeños dilemas del día a día es clave a fin de evitar conflictos mayores que generan resentimientos.
Nunca dejes que acabe el día sin resolver las diferencias, los problemas, las pequeñas situaciones del diario vivir. Lo que usualmente ocurre es que la pareja a veces decide no desgastarse o lo evade para evitar una discusión. Sin embargo, cuando aparece un problema mayor, salen a flote todos los desacuerdos no elaborados y es allí cuando las discusiones desencadenan conflictos de mayores proporciones que a la larga van matando el amor.

Aceptar comportamientos que van en detrimento de la relación

Cuando una de las dos partes de la pareja asume comportamientos que van en contra de la relación, y el otro pasivamente las acepta, el desamor no se hace esperar. Las faltas de respeto, la infidelidad, el distanciamiento, el hacer demasiados planes individuales, evitar a la pareja, no presentarla con amigos y familiares o no compartir con ella en planes familiares o de amigos; son todos comportamientos que van en contra de la relación y que no deben ser permitidos, porque definitivamente al instalarse en la relación solo generan resentimiento y ese es un claro camino hacia el fin del amor.

Dejar de expresar físicamente el amor

La distancia emocional nace en el plano físico, si la pareja empieza a alejarse físicamente, deja de expresarse cariño a través de los abrazos y los besos, el amor también empieza a morir. En la mayoría de los casos, cuando esto ocurre por lapsos prolongados de tiempo, es muy difícil romper el hielo para el iniciar el contacto nuevamente, así que no lo permitas. Otra cosa importante son las palabras afectuosas, nunca dejes de expresarle a tu pareja, con palabras especiales, lo importante que él es para ti.

Olvidar las fechas especiales

Y no sólo las fechas especiales, sino restar importancia a todo aquello que para la persona amada es importante. Si bien dentro del matrimonio la persona debe propender por cuidar su propia identidad, también existe un espacio en el que se crea la identidad de la pareja. Y esa identidad debe estar construida a partir de las cosas que los unen y los identifican con pareja. 

Caer en la monotonía

Un compromiso de la vida en matrimonio es reinventarse como individuos y como pareja. La monotonía es letal para el amor y si bien estos periodos de aburrimiento y apatía llegan, es necesario no permitir que se acomoden entre los dos.
El amor en el matrimonio es similar a una planta, debe cuidarse porque muchos son los comportamientos que amenazan con destruirlo. Un matrimonio que camina tomado de la mano de Dios y busca preservar el amor es bendecido por el Creador.

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Artículo de mi autoría publicado originalmente en familias.com Asi muere el amor 

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